Se cumplen 25 años del día que Mike Tyson le arrancó la oreja a Evander Holyfield

El 28 de junio de 1997 se vio en Las Vegas uno de los momentos más recordados en la historia del boxeo. Y el polémico ex campeón de los pesados luego lo usó como marketing.

Mike Tyson es uno de los nombres imprescindibles en la historia del boxeo mundial. No sólo por los títulos que consiguió como uno de los pesos pesados más feroces e intimidantes de la época, sino también por haber protagonizado uno de los episodios más lamentables del pugilismo: el 28 de junio de 1997 le arrancó de una mordida un pedazo de oreja a su oponente, Evander Holyfield.

La polémica no solo rodeó su faceta deportiva, sino también su vida personal. Sin ir más lejos, en marzo de 1992 fue sentenciado a seis años de prisión y otros cuatro de libertad condicional por haber violado a Desiree Washington, una joven modelo estadounidense de 18 años. Apenas estuvo tres años tras las rejas y, en 1995, fue liberado por buena conducta. Ese mismo año, regresó al ring. En 1996, ya era nuevamente campeón mundial.

A pesar de haber ganado alrededor de 550 millones de dólares entre premios, publicidades y sponsors, en 2003 se declaró en bancarrota. Casi dos décadas más tarde, recibe ingresos de más de 500.000 dólares mensuales gracias a su empresa “Tyson Ranch”, una plantación de marihuana que estableció en California, donde el cultivo y el consumo de cannabis es legal.

El mayor escándalo de Mike Tyson en el ring: le arrancó la oreja a Evander Holyfield

El 28 de junio de 1997, Mike Tyson se subió al ring en Las Vegas para enfrentarse contra Evander Holyfield, quien le había arrebatado el título mundial de la Asociación Mundial de Boxeo de peso pesado siete meses antes. Fue uno de los combates con mayor expectativa entre los fanáticos e incluso se convirtió en la pelea mejor paga de ese momento: 30 millones de dólares para Tyson y 35 millones para el campeón.

Al comienzo del tercer round, Holyfield se percató de que algo andaba mal. “Tyson se sacó el protector bucal”, le advirtió al juez Mill Lane, quien detuvo el asalto y apercibió al neoyorquino, que quería recuperar el cinturón. Apenas dos minutos más tarde, Tyson abraza a su rival, acerca su cabeza, deja caer el protector bucal y le muerde la oreja derecha. Las cámaras captan incluso cuando escupe un pedazo de ella, mientras Holyfield salta y se retuerce del dolor.

Le descuentan dos puntos a Tyson pero la pelea continúa. Segundos después, en otro clinch, lanza otro mordiscón contra una de las orejas de su rival; esta vez, la izquierda. El cuarto round nunca comenzó: las autoridades terminaron el combate. Como consecuencia del incidente, se le descontaron 3 millones de dólares y lo dejaron un año y medio sin su licencia para poder boxear.

Le mordí porque quería matarlo. Estaba realmente enojado porque me había golpeado la cabeza. Bueno o malo, no voy a dejar que nadie se lleve mi gloria”, justificó varios años más tarde. También reveló a qué tenía sabor: “La oreja de Evander Holyfield tiene gusto a culo”.