Fue por 3 a 1 en un partido disputado en el Cilindro de Avellaneda.
Racing recibió en el Cilindro de Avellaneda a Central Córdoba de Santiago del Estero, un rival urgido de victorias en su lucha por la permanencia. Con cuatro juveniles en el once inicial, el conjunto de Fernando Gago redondeó una primera mitad extraordinaria. Es que la Academia se mostró muy superior al combinado del norte a través de la técnica de Nicolás Oroz, la pegada de Gonzalo Piovi y el atrevimiento de Agustín Ojeda.
El conjunto albiceleste amenazó al arco defendido por Matias Mansilla mediante algunos balones detenidos ejecutados por el ex defensor de Gimnasia, las triangulaciones improvisadas por el ex Chacarita en sociedad con Gabriel Hauche y Jonathan Gómez, junto con la velocidad imparable de Trapito, una de las apariciones más prometedoras surgidas de las inferiores del club.
Sin embargo, los hinchas tuvieron que esperar 40 minutos para festejar el primer gol. Es que después de una rápida salida en un tiro de esquina, Oroz tocó para la sorpresiva proyección de Nardoni y el volante con pasado en Unión de Santa Fe tocó con categoría junto a un palo. Golazo. Y antes de que los protagonistas se fueran al descanso, Agustín Ojeda se escapó mano a mano frente al arquero y selló el 2 a 0. Y desde las tribunas despidieron en el entretiempo a los jugadores con el tradicional cántico que hace referencia a los juveniles: “¡Vamos, vamos los pibes!”
En el complemento Gago reemplazó a Nardoni por Iván Pillud. En la variante adelantó al Toto Avilés a la zona media, para que el experimentado defensor ocupe el lateral derecho. Además, el joven que es pretendido por el Inter Miami se vio favorecido con la ayuda de Piovi, quien se paró como doble cinco.
Con dominio absoluto de la pelota, Racing transformó el triunfo en goleada después de una hermosa acción colectiva. La definición de Nicolás Oroz contra la red fue la culminación de la obra para que Pintita siga cuidando a sus referentes de cara al compromiso del viernes frente a River en el Monumental. Y el entrenador le dio minutos a otro atacante surgido de las inferiores: Tomás Pérez.
Sin embargo, el estratega se apresuró con su postura de las modificaciones. Y los conducidos por Sergio Rondina reaccionaron de inmediato. Una desconcentración de Santiago Quirós, al no seguir la línea que le marcaba Leonardo Sigali, le permitió al Ferroviario atacar con mucha gente habilitada y Enzo Kalinski marcó el descuento para imponer suspenso en la noche bonaerense.
En el cierre, los del Huevo apostaron por la vía aérea para llegar al gol mediante las intervenciones de Brian Blasi, Fabio Pereyra y el propio Kalinski, pero se encontraron con las notables respuestas de Gabriel Arias. El arquero del seleccionado chileno mantuvo al dueño de casa en ventaja para que Avellaneda concluya la jornada a pura fiesta. En Racing hay presente y futuro.
