Desde la plataforma de pagos y servicios financieros señalaron a los «bancos tradicionales» como principales beneficiados por la nueva norma del Banco Central.
Casi seis meses después de que Mercado Pago acusara a los bancos tradicionales de no invertir ni competir en el mercado de cobros digitales, desde la plataforma denunciaron públicamente esta semana que la norma recién establecida por el Banco Central días atrás es un «nuevo ataque a la inclusión financiera».
El Banco Central, denunciaron desde Mercado Pago, «eliminará desde el 1° de diciembre» la posibilidad de transferir dinero desde los bancos tradicionales hacia la plataforma, lo que generará «dificultades que no existían para el usuario», informó el sitio El Economista.
En Mercado Pago afirmaron que la nueva norma del Banco Central está impulsada por los bancos «tradicionales», que operan con homebanking pero no quieren competir adecuadamente ni invertir lo necesario como para alcanzar la adhesión de más usuarios en el mercado de pagos con códigos QR, según dijeron en abril de este año.
Hace casi tres años que Mercado Pago permite articular una cuenta bancaria con el perfil del usuario para usar la herramienta de Débito Inmediato para ingresar dinero en dos pasos, algo que tiene un registro de fraudes del 0,02% del total de transacciones.
Además, desde la plataforma hicieron notar que el dinero «guardado» en ese sitio «rinde hoy 94,6% anual (promedio de los últimos 7 días) y es una herramienta conveniente para protegerse, al menos en parte, ante la inflación y la pérdida del poder adquisitivo».
Pero a partir del 1° de diciembre el Banco Central indicó que para «prevenir fraudes» los usuarios deberán recurrir a las «transferencias inmediatas», o «transferencias pull», que en su sitio se describen como «solicitudes o pedidos de fondos que permiten mediante el débito de la cuenta -a la vista o de pago- del cliente receptor de la solicitud y previa autorización o consentimiento, la acreditación inmediata de fondos en la cuenta del cliente solicitante.»
«En nuestras pruebas, 9 de cada 10 personas no logra ingresar dinero a sus cuentas al verse obligados a atravesar múltiples pasos en sus home banking e incluso, con algunos bancos, a acercarse a un cajero automático«, expresaron desde la fintech al sitio especializado.
«Esta medida es un nuevo ataque a la inclusión financiera, va a afectar de forma negativa la experiencia de millones de personas e inducirá al uso del efectivo. Esperamos que se encuentre una solución que no perjudique a los usuarios de Mercado Pago», agregaron.
La inclusión financiera, en pugna
Mercado Pago emitió en abril de este año una declaración en respuesta a la nota publicada por la Asociación de Bancos de la Argentina (Adeba) -que reúne a los bancos Macro, Galicia, Comafi, Hipotecario, Supervielle, Bancor, entre una veintena de entidades- en la que señalaron que el actual sistema de pagos a través de códigos QR es «cuasimonopólico» y «no interoperable».
«Mercado Pago no es un monopolio. Contrario a lo que los bancos de Adeba sostienen, el QR de Mercado Pago, lejos de ser un monopolio o un actor dominante, es un medio de cobro que compite en un mercado mayormente controlado por los bancos y jugadores tradicionales», afirmó la empresa, que dijo haber invertido US$ 30 millones desde 2018 y que, desde 2021, cumple con la normativa del Banco Central que hizo obligatorio que los QRs aceptaran pagos con transferencia de cualquier billetera virtual o aplicación bancaria.
«Los bancos no hicieron una inversión ni remotamente parecida, y tampoco desplegaron QR en comercios», afirmó la empresa que, aseguró, tiene más de 500.000 comercios adheridos a su código QR que ya recibieron pagos de otra billetera o banco, mientras que «algunos bancos han puesto trabas a otros servicios, limitando a los usuarios las transferencias de CBU a CVU».
Al mismo tiempo, se jactó de que el 85% de los comercios que usan su aplicación son comercios de barrio y emprendedores con ventas de menos de $100.000 por mes, un segmento que «fue desatendido e ignorado por los bancos durante décadas».
Por último, recordó que en 2017 la autoridad de Competencia ordenó la disolución de Prisma -empresa procesadora de pagos de la que algunos de los principales bancos tenía una participación accionaria significativa- «ejercía prácticas anticompetitivas en el mismo mercado de pagos electrónicos que ahora algunos bancos dicen defender».
«Tres años después, algunos bancos lanzaron MODO que no es más que una iniciativa en donde se coordinan en lugar de competir. Para nosotros lo extraño es que sigan primando intereses concentrados que poco reparan en la necesidad de seguir incluyendo financieramente a más argentinos», cerró la empresa.