Estuvieron en San Pablo y Mina Gerais, respectivamente. El líder del PT corre con ventaja pero las elecciones están abiertas.
Sin perder tiempo de criticar al otro y mostrándose convencidos de una victoria, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva hicieron sus respectivos cierres de campaña rodeados de seguidores y en un clima de total incertidumbre sobre el resultado final del histórico balotaje que vivirá Brasil.
El primero en movilizarse fue el actual mandatario, que llegó hasta el estratégico estado de Mina Gerais para encabezar sus ya clásicas caravanas en moto. Miles de personas lo acompañaron con banderas de Brasil, insultos a Lula y una convicción que parece mantenerse intacta a pesar de las encuestas.
No es casualidad que Bolsonaro haya elegido este punto, su capital Belo Horizonte en este caso. Por las tendencias electorales en Brasil, el ganador en el estado de Mina Gerais luego se termina imponiendo a nivel nacional. Lula se impuso en la primera vuelta, pero el actual Presidente le acortó mucha distancia.
Por su parte, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) volvió a elegir la avenida Paulista de la ciudad de San Pablo para hacer una multitudinaria caminata. Fue el mismo punto que había adoptado para el cierre de la primera vuelta electoral. No fue cábala, sino que Lula considera que San Pablo es un estado fundamental en su aspiración presidencial. Allí perdió el 2 de octubre.
Elecciones en Brasil: clima de máxima expectativa y polarización
La calle en Brasil está más dividida que nunca. Desde los barrios más pudientes hasta los de las esferas sociales de más bajos ingresos la política y las elecciones cruzan todas las conversaciones. Y no sólo eso, sino que dentro de cada uno de esos lugares la división es muy marcada.
Bastó con adentrarse en la Rocinha, la favela más grande y peligrosa de Río de Janeiro, y posiblemente de todo Brasil, para escuchar cómo la mayoría de las personas que allí viven optan por Lula, pero también están quienes lo hacen por Bolsonaro.
Los motivos de ambos bandos son varios: corrupción, inseguridad, economía, perspectiva de un país mejor, y la lista podría alargarse. Lo cierto es que incluso muchos advierten que esta polarización absoluta puede terminar en hechos de violencia dependiendo el resultado y la reacción del perdedor.
Muestra de ello es la situación que se vivió el sábado por la tarde en San Pablo cuando la diputada oficialista Carla Zambelli apuntó con un arma a un hombre en un incidente en el que, según relataron los testigos, se llegó a escuchar un disparo. Esto es lo que todos quieren evitar en un país donde hay 4 millones de armas en manos de civiles.