Pasó una nueva semana política en Comodoro, donde se presentó un candidato en medio de ausencias, peleas, renuncias y todo el color posible en el oficialismo. Del otro lado, no todo es color de rosa.
Con el portazo de la concejal Viviana Navarro, que decidió abrirse y crear un bloque unipersonal, el Frente de Todos en Comodoro se va descascarando y lo que es peor, a la vista de todos y todas, con platillos y orquesta.
Esto ha generado que desde el valle se dude, aún con más fuerza, acerca de la capacidad de conducción del intendente de Comodoro y candidato la gobernación que; como si todo esto fuera poco, no asistió al lanzamiento del precandidato a sucederlo y que él mismo impuso: Maximiliano Sampaoli. En la vereda del frente, la coalición de Cambiemos también sufre una interna feroz, potenciada tras la elección interna de Trelew.
La interna está que arde tanto en el oficialismo local como en la oposición, hay tantos enroques y piezas que se caen del tablero, que ya nadie entiende la estrategia. ¿Habrá estrategia? ¿O sólo se tratará de egos que van devorando todo a su paso? La situación es tan compleja, que desde el valle dudan cada día más de la capacidad del precandidato a gobernador, Juan Pablo Luque, de comandar y unir las voluntades a nivel provincial. Se rumorea que alguien de peso dentro del partido en la región del Valle expresó abiertamente: “Quiere conducir la provincia pero no puede ordenar ni su propio bloque de concejales”. No es de extrañar tras los acontecimientos de los últimos días. Repasemos.
El jueves pasado el secretario de Gobierno, Maximiliano Sampaoli, lanzaba su precandidatura a intendente, luego de más de un mes de idas y vueltas. Se trata del segundo candidato oficial impuesto por el propio Juan Pablo Luque, que se negó a consensuar el candidato con los compañeros de su propio partido.

Sin embargo, Luque no estuvo en el lanzamiento y dejó a su alfil completamente solo. Muchos se preguntaban dónde estaba el verdadero dueño de la fiesta. Alguien se atrevió a preguntar por el intendente y la respuesta tímida del Secretario de Economía, Germán Issa Pfister, fue que “hace rato no lo veo, debe andar por ahí”.
Los presentes eran más que nada coordinadores municipales, algunas cooperativas que responden al intendente, vecinalistas y funcionarios municipales. A la ausencia del intendente se sumó también la ausencia de los gremios. Cualquier peronista viejo o recién llegado al partido sabe que esto hace ruido, mucho ruido. Sampaoli ya no tiene muchas opciones, decidió jugar el juego y deberá hacerlo hasta el final. Se lanzó a la pileta y aún sin compañero de fórmula definido. Se dice que podría ser Gabriela Simunovic o Liliana Peralta, e incluso se habla del concejal Marcos Panquilto como posible vice.

Como si todo esto fuera poco, a pocas cuadras de allí, el concejo deliberante era un hervidero. Estalló un escándalo que incluyó gritos, trompadas y renuncias. La primera en renunciar fue Andrea Quinteros, secretaria del bloque oficialista, ya que supuestamente hubo concejales que habían pedido su cabeza a Daniel Vleminchx, presidente del bloque. Quinteros acusa a Gustavo Reyes y Viviana Navarro como los principales responsables, lo que culminó con algún ojo morado fuera del partido.
La situación trascendió los pasillos y despachos, ya que los propios protagonistas ventilaron la situación a través de diferentes Twits cruzados que se filtraban en simultáneo, mientras Sampaoli trataba de poner cara de candidato, para que nadie dude de nada.

Al día siguiente, la tormenta desencadenó la renuncia al bloque del Frente de Todos de la concejal Viviana Navarro. Se trata de la segunda renuncia al bloque, inaugurada por Marcos Panquilto, quién creó el bloque unipersonal “Compromiso Justicialista”.

El Frente de Todos en Comodoro pasaba a convertirse en el Frente de Algunos y el mensaje llegaba lejos, a oídos provinciales y nacionales. La campaña política del oficialismo local se parece más, a un juego de quemados, donde el último eliminado, apaga la luz.
A los empujones todos quieren un espacio en las listas y meten pimienta a una comida que ya está demasiado picante. En este sentido se rumorea que, incluso un concejal en ejercicio, cercano al precandidato oficialista, habría ofrecido la suma de 50 mil dólares para la campaña. El único pedido que hizo fue que le dieran entre los primeros tres puestos de la lista a concejales. Como en el juego de la silla, el más rápido se queda con la banca.
A todo esto, la gran pregunta… ¿Qué hará Othar?
Quien continúa firme en su precandidatura y abriendo otros caminos es el hombre dñe sombrero. Como ya lo había adelantado él mismo hace meses: “Seré candidato, una opción más para los vecinos de la ciudad y sólo ellos tendrán la última voluntad, con su voto”. El actual viceintendente está cumpliendo con esa promesa y se confirmó que está armando una estructura política paralela, incluso de alcance provincial.
Desde su propio equipo de campaña, afirman por estas horas que el vehículo electoral que le permitirá participar por fuera del partido (PJ) ya está consolidado y que, incluso está cerrando un frente provincial en los próximos 10 días. Sumando además que está semana declaró que “no hay que confundir el peronismo con el pejotismo”, con la estructura del partido. En este sentido el vice intendente aclaró que “nada le hace más daño al peronismo que una visión cerrada y unipersonal, que no se dialogue y se amplíe la discusión de cara a los electores, a los vecinos. Necesitamos sumar y multiplicar voces, no cerrarles el micrófono. Creo que algo debemos aprender de lo que fueron los últimos 40 años de democracia” ¿Teléfono para Luque?.

¿Y en Cambiemos? Cada día más cambios…
En la vereda del frente las cosas no parecen muy diferentes. La interna local abierta entre el concejal Tomás Buffa y la diputada Ana Clara Romero, es cada día más cruda. Las elecciones internas de Trelew, lejos de dar lecciones de unidad, parecen haber impulsado las diferencias y los egos.
Buffa está convencido que le ganará la interna en Comodoro a Ana Clara Romero. Todo indica que se repetirá el escenario de Trelew, donde gane quien gane, los golpes dejarán heridas. La pregunta es ¿qué tan profundas? ¿Se pueden disimular todas las cicatrices? De cara a la elección final, la definitiva, ¿cómo quedará el bloque de Cambiemos? ¿Quedará un bloque en pie?.
