La modificación a la ordenanza de pirotecnia cero quedó automáticamente promulgada tras vencer el plazo para su veto. Se permitirá la venta y uso de productos lumínicos de bajo impacto sonoro, mientras crecen las críticas de sectores sociales.
El Concejo Deliberante de Comodoro Rivadavia aprobó por mayoría una modificación a la ordenanza de pirotecnia cero, habilitando el uso y la comercialización de productos de pirotecnia lumínica que generan bajo impacto sonoro. La nueva normativa entró en vigencia automáticamente este lunes, tras cumplirse el plazo de diez días hábiles para que el intendente Othar Macharashvili vetara el cambio.
La decisión ha generado fuertes críticas de padres de niños con autismo, proteccionistas y de la Oficina de Derechos y Garantías de la Niñez, Adolescencia y Familia, que manifestaron su rechazo. Incluso, semanas atrás, se organizó una movilización hacia el Municipio, donde se entregó un petitorio solicitando que la ordenanza original de pirotecnia cero continuara vigente.
A pesar de los pedidos, el intendente no tomó en el plazo estipulado, por lo que la normativa quedó automáticamente promulgada en acciones. Esto permite la comercialización y el uso de productos como chaski boom, estrellitas y bengalas, siempre que sean de bajo impacto sonoro. Sin embargo, continúa prohibido el uso de artificios que generen estruendos, como petardos, bombas de estruendo, cañitas voladoras y «tortas».
En las últimas semanas, vecinos de distintos barrios de la ciudad han denunciado el uso de pirotecnia sonora, que sigue estando prohibido. Este aumento en las denuncias ha generado inquietud de cara a las próximas fiestas, ya que en años recientes se había logrado una disminución en su uso.
Las autoridades recordaron que el uso de pirotecnia sonora puede ser sancionado y llamaron a la comunidad a reportar su uso al 103 de Defensa Civil o a la policía. Además, se enfatizó que solo los comercios habilitados pueden vender productos de pirotecnia y exclusivamente aquellos que cumplan con la nueva normativa de bajo impacto sonoro.
Fuente: El Ciudadano del Sur