El Pincha se impuso por 3 a 0 sobre el elenco brasileño. en un encuentro correspondiente a la ida. Carrillo y un doblete de Rollheiser, los goles del elenco de Federico Domínguez.
Luego del impactante recibimiento que improvisaron los hinchas en el estadio UNO Jorge Luis Hirschi, con fuegos artificiales incluidos, Estudiantes y Goias animaron un espectáculo cargado de tensión y pierna fuerte, en el duelo que abrió los octavos de final de la Copa Sudamericana.
Como si se tratara de una de aquellas batallas de la década del sesenta, en donde el Pincha imponía condiciones con recursos bruscos e intimidantes, los conducidos por Eduardo Domínguez debieron adaptar su juego a la propuesta que le presentó el elenco brasileño.
Algún remate en el palo de Benjamín Rollheiser que despertó suspiros en el público local y una notable tapada de Mariano Andújar en un mano a mano contra Joao Magno fueron las ocasiones que pudieron abrir el marcador, pero los protagonistas debieron irse al descanso con el tanteador en blanco.
En la reanudación del pleito, la batalla de La Plata continuó bajo la misma tendencia. Y una impactante patada de Bruno Santos contra el pecho de Mauro Méndez dejó al conjunto de Armando Evangelista en inferioridad numérica. Roja directa. Desde ese entonces el León logró dominar el choque y festejó el primer tanto a través de la vía aérea.
Una proyección de Gastón Benedetti que derivó en un preciso centro a la cabeza de Guido Carrillo fue la fórmula de Estudiantes para ponerse en ventaja. Ante una defensa cerrada, la solución llegó desde el cielo. Y el reemplazante de Franco Zapiola encendió la esperanza pincharrata que sueña con acceder hacia la próxima instancia.
La ilusión del dueño de casa continuó cuando Benjamín Rollheiser resolvió con un remate cruzado que dejó estático a Tadeu y selló el 2 a 0. Otro de los aciertos del estratega con pasado en Colón fue el ingreso de Matías Godoy, quien aportó otras herramientas en la ofensiva para desarticular a un rival que se mostraba vulnerable.
La única preocupación se instaló cuando Guido Carrillo dejó su lugar por el juvenil Martiniano Moreno. El ex goleador del Mónaco estuvo en la cancha menos de media hora. Ingresó en el entretiempo, aportó su conquista y se retiró con una molestia física. La bronca se reflejó en su rostro, pero Eduardo Domínguez entendió que era mejor cuidar a la estrella con pasado en Europa, ya que la próxima semana deberá afrontar la revancha en el estadio Hailé Pinheiro de Goiania.
Finalmente, una perfecta maniobra que incluyó a Nicolás Palavecino, Martiniano Moreno, Matias Godoy y Benjamín Rollheiser transformó la victoria en goleada. El atacante más codiciado del momento la empujó contra la red, después de una perfecta combinación colectiva para que el León se suba a un sueño que trasciende las fronteras. Estudiantes quedó a un paso de los cuartos de final, pero antes deberá hacer escala en Brasil.
