Este domingo, los colectivos en Comodoro Rivadavia siguen circulando. Pero el precio que se pagó en la sesión extraordinaria del sábado por esa continuidad no es tan fácil de medir. La prórroga del contrato del transporte público se aprobó por mayoría, con seis votos a favor del oficialismo, cinco abstenciones de la oposición y un solo voto en contra, el del concejal Omar Lattanzio.
La ciudad evitó el colapso del servicio, sí, pero quedó envuelta en una maniobra que lejos está de ser una buena noticia para el bolsillo de los vecinos.
La jugada final vino con sorpresa. En los minutos previos a la sesión, el bloque oficialista, alineado al exintendente Juan Pablo Luque, pidió una modificación clave: eliminar del acuerdo la cláusula que fijaba un tope de 100 millones de pesos mensuales como límite al costo operativo de la empresa Patagonia Argentina.
El argumento fue que ese monto resultaba “restrictivo” para la operadora del servicio. El resultado: ahora ese gasto quedó completamente abierto. Sin límites. Literalmente, lo que la empresa facture y pueda justificar, se pagará.
¿350 millones? ¿400? ¿Quién sabe? La única certeza es que esa decisión, disfrazada de gestión eficiente, le abre la puerta a una montaña de subsidios públicos sin control real. Pero claro, el título quedó: el transporte no se corta. Aunque nadie diga cuánto nos puede terminar costando.
Y como si hiciera falta agregar más color a la escena, apareció un viejo conocido de la política local. Su presencia, discreta pero determinante, fue clave para destrabar la negociación.
Según confiaron distintas fuentes, ofició de puente entre Luque y la empresa, facilitando un acuerdo que, curiosamente, no priorizó al usuario ni al erario municipal, sino más bien el silencio y la rapidez.
Pero lo más curioso —o no tanto— es la obstinación del bloque en borrar del contrato ese número tan preciso: 100 millones. ¿Por qué la urgencia en sacarlo? ¿Por qué dejarlo sin reemplazo, sin tope, sin control? Algún mal pensado podría decir que esa cifra le trae recuerdos incómodos al exintendente. Puro folklore, dirán algunos. Pero en Comodoro, cuando el río suena…
Del otro lado, también apuntaron a la presencia de la Diputada Nacional Ana Clara Romero en las reuniones de negociaciones. Es más, desde el bloque Arriba Chubut y hasta el integrante del PLICH, Omar Lattanzio se preguntaron porque se reunieron y hasta reprocharon dicha actitud ya que no fueron aviso a los concejales.
Lo cierto es que según supo está editorial, Ana Clara Romero sí se reunió con el intendente Othar Machasrashvili pero los puntos a tocar habrían sido que la gestión del hombre del sombrero tenga una agenda legislativa más prolija, que la ciudad se sume a los proyectos que se aprobaron en la Legislatura Provincial en el año 2024, incentivo turismo, industria naval, Ficha Limpia, Código Electoral, entre otros
Hay quiénes dicen que la Diputada Nacional le solicitó que desde Moreno 815 se active en ese aspecto ya que sino se paraliza la gestión.
En este tipo de sucesos políticos, hay Miles de versiones y acusaciones pero desde el edificio municipal alguien manifestó «Todavía quedan algunos topos de la gestión anterior que están atentos viendo quién entra y quién sale», haciendo referencia al encuentro anteriormente mencionado.
Mientras tanto, los comodorenses seguirán viajando en colectivo. Pero no sabrán hasta dentro de unos meses cuánto se está pagando por ese servicio. Porque cuando la política se ocupa más de cerrar acuerdos que de cuidar el bolsillo del ciudadano, la factura no tarda en llegar. Y siempre, claro, la pagamos entre todos.