En el día de ayer se vivió una situación desesperante en una vivienda del barrio 9 de julio, donde una abuelita se había atorado con pollo y estaba perdiendo la vida.
El suboficial Medina y los cabos Sara Casihuil, Juan Arroyo y Fabio Orellana son los héroes de esta historia que nos conmocionó en el día de ayer. Ellos son quienes le salvaron la vida a una abuelita de 92 años en el barrio 9 de Julio.
En dialogo con El Cronista CR, uno de los efectivos explicó: «Llegamos al lugar, una situación desesperante para nosotros porque vimos la abuelita que estaba muriéndose en realidad, estaba atorada. Así que le dije a mis compañeros que le practiquen RCP para poder sacarle lo que tenía en la garganta y ellos le hicieron RCP. Nosotros llegamos por un llamado desesperante del hijo y nos dieron aviso mientras estábamos en el móvil».
Otro cabo continuó: «Al momento de llegar nos encontramos con esa situación y lo primero que tratamos de hacer fue brindar primeros auxilios. Siempre tratamos de capacitarnos y tener conocimiento amplio para poder ser efectivo en la mayoría de los requerimientos que tengamos. Dado el caso de esta abuelita, llegamos y tratamos de actuar lo más rápido posible para evitar llegar a mayores».
«Es un hecho desesperante en el que tenés que tener la mente fría y tratar de hacer las cosas calmado. Costó mucho recuperar a la abuelita, porque cuando llegamos al domicilio vemos al hijo que estaba con ella totalmente desesperado».
Indicaron: «Cuando consultamos que había pasado, nos explica que estaba comiendo pollo entonces ahí vemos por las señas que hacía ella que estaba atorada. Allí tomé la decisión de hacerle la maniobra de Heimlich, fue difícil por el tema de 92 años es complicado, una mala fuerza puede provocar daños mayores. Pero se logró que vuelva en si, porque ya estaba morada la señora. Estaba como ida, no tenía reacción».
«Así que logramos establecerla hasta que llegue la ambulancia. Por el momento sabemos que está recuperándose en el hospital. Al mediodía vamos a ir a ver cómo sigue. Quedamos preocupados por la abuelita, porque había quedado mal, no la podían estabilizar en el lugar y por la edad de ella. En el transcurso de la tarde nos comunicamos varias veces con el hijo y hasta anoche estaba estable».
Se les consultó si alguna vez vivieron una situación similar y uno de ellos contó que pasó por una situación similar: «Poder ir y brindar los conocimientos que tienen es lo más importante».
Otro policía también comentó que es la segunda vez que le ocurre: «Me queda marcado en lo que es la trayectoria de la Policía. En 2011 también nos tocó en Caleta Córdova de tres personas que se estaban ahogando y logramos salvar dos. La tercera hasta el día de hoy no apareció. Son experiencias que te dejan marcado».