La medida prohíbe la cría, el despiece, la distribución y la venta de productos alimenticios elaborados o procesados con ingredientes caninos.
El proyecto de ley prohíbe la cría, el despiece, la distribución y la venta de perros para el consumo de esta carne.
Según la nueva norma, quien mate a un perro para comer puede ser castigado con hasta tres años de prisión o una multa de hasta 30 millones de wones – unos US$ 23.000 -. Medidas similares se aplicarán contra quien críe perros, adquiera, transporte, almacena o venda productos elaborados a partir de carne canina. Sin embargo, los consumidores, por el momento, no recibirán ningún castigo.
A su vez, se exigirá a los gobiernos locales que apoyen a propietarios de granjas, restaurantes de carne de perro y otros trabajadores del comercio de perros durante un período de gracia de tres años para cerrar o cambiar sus negocios y que la transición se realice de forma “estable”.
La prohibición del consumo de esta carne era una de las principales promesas de campaña del presidente Yoon Suk Yeol, y la primera dama Kim Keon Hee, que ha expresado abiertamente su apoyo a esta medida, ya que la pareja tiene cuatro perros y tres gatos.
La decisión de modificar esta situación fue del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) y el principal partido de la oposición, el Partido Demócrata (PD), quienes sacaron adelante la norma de forma conjunta a medida que la sociedad tomó conciencia sobre los derechos de los animales y el respeto al medio ambiente.
El consumo de carne de perro en Corea del Sur, China y Vietnam
Debido a los periodos de pobreza extrema que vivieron estos países durante las épocas de guerra, en ese entonces se consideraba que la carne de perro era una fuente de proteínas barata y de fácil acceso. Además, podía ayudar a combatir el calor durante el verano.
Con la industrialización y el desarrollo de la economía, el número de surcoreanos que comen carne de perro ha disminuido drásticamente en las últimas décadas y los consumidores suelen ser adultos mayores.
“Fue popular cuando nuestros recursos alimentarios eran escasos, como durante la Guerra de Corea. Pero, a medida que la economía se desarrolló, cambió la percepción de la gente hacia los animales y el consumo de alimentos”, explicó Lee Sang Kyung, director de campaña para la prohibición de la carne de perro en Humane Society International (HSI) Corea.
El 64% de los encuestados estaban en contra de comer carne de perros y solo un 8% indicó haberla consumido, según una encuesta realizada por Gallup Corea en 2022.
Entre 2005 y 2014, el número de restaurantes que sirven perros en Seúl cayó un 40% debido a la disminución de la demanda, según muestran las estadísticas oficiales.
Según las estadísticas del Gobierno, en Corea del Sur hay actualmente unas 1.100 granjas de perros, 34 empresas de carnicería, 219 distribuidores y aproximadamente 1.600 restaurantes que venden comida hecha con carne de estos animales domésticos.
Los grupos defensores de los derechos de los animales aplaudieron inmediatamente la medida: «Creemos que esta prohibición marca un importante punto de inflexión en la actitud de Corea del Sur hacia la protección de los animales», aseguró Lee y agregó: «Muestra la determinación de nuestro público amante de los animales y de los políticos que alcanzaron un punto de inflexión para relegar esta industria obsoleta a nuestros libros de historia».