Así lo aseguró Jorge Echelini quien además aseguró que las instalaciones de Km 8 de la ex textil fueron adquiridas por el grupo Aldana, dónde se prevé un corralón y/o depósito de frutas y verduras.
A más de siete años del cierre de la emblemática textil Guilford en Comodoro Rivadavia, cerca de 40 ex empleados siguen aguardando el cobro de sus indemnizaciones. Jorge Echelini, abogado laboralista que representa a los trabajadores, explicó que la subasta del edificio principal de la planta en Kilómetro 8 permitió avanzar con parte de los pagos, aunque los montos percibidos fueron insuficientes debido al tiempo transcurrido ya las devaluaciones.
“La planta se vendió en subasta pública y el monto obtenido permitió cerrar diciembre con una buena parte de los trabajadores cobrando lo que les correspondía según las sentencias. Sin embargo, aún tenemos pendientes 6 o 7 juicios con unos 40 trabajadores esperando sus indemnizaciones”, señaló Echelini.
El edificio principal fue adquirido por el grupo Aldana, que prevé utilizar el espacio para un emprendimiento mixto. “Por lo que sabemos, habría un mercado concentrador y también un corralón de materiales, pero eso lo definirá el grupo comprador”, detalló el abogado.
Además, aclaró que el edificio ubicado en Av. Hipólito Yrigoyen, que alguna vez perteneció a Guilford, había sido vendido en una operación privada antes del colapso económico de la empresa y no forma parte de los bienes rematados para cubrir deudas.
Echelini criticó los extensos tiempos que tomó la justicia para habilitar las subastas necesarias. “Si hubiéramos vendido los bienes en 2018, los trabajadores habrían cobrado valores mucho más cercanos a los reales. Sin embargo, tuvimos que enfrentar largos juicios, la pandemia y las dificultades operativas de la justicia provincial, lo que dilató el proceso y redujo significativamente los montos”.
En cuanto a la reinserción laboral, el abogado advirtió que los trabajadores mayores, de entre 50 y 60 años, han enfrentado serias dificultades para encontrar empleo. “Esa franja etaria quedó en una situación crítica, viviendo de subsidios mínimos y enfrentando serias limitaciones económicas”, concluyó.
A pesar de los avances, aún quedan bienes por subastar para saldar las deudas restantes. Según Echelini, las próximas ventas permitirían cubrir las indemnizaciones pendientes, aunque persisten dudas sobre si serán suficientes.