La escuela de zona norte que se encuentra en remodelación aún no tiene fecha de inicio de obra, sin embargo han decidido que los alumnos y alumnas tengan sus clases en el Centro de Formación que se encuentra en la zona sur de la ciudad.
Mariela Parra, Ana Leiva y Cintia Fasciano son algunas de las docentes que expresaron su malestar con el traslado de la escuela Biología Marina al Centro de Formación 652: «Estamos cursando una jornada pedagógica, pero también hoy la comunidad educativa de docentes que estamos reunidos acá estamos atravesados por esta problemática que nos enteramos ayer que vamos a funcionar en otra punta de la ciudad. Nos atraviesa de distintas formas, hay gente que va a estar más feliz que otra. Tenemos la problemática de por ejemplo, trabajar en varias escuelas de zona norte, tenemos hijos de edad escolar que asisten en cercanías de nuestro trabajo».
«En mi caso tengo dos turnos, mañana y tarde, y el tener que estar movilizándonos implica muchas cuestiones que nos impactó. Hay docentes incluso dejar horas en la escuela y buscar algo que les convenga más«.
La docente afirmó: «No nos habían hablado de la posibilidad. El Ministerio nos había prometido aulas modulares en el predio de la escuela, sabíamos que esas aulas no podían llegar de un día para el otro y que los chicos puedan empezar las clases el 13 de marzo. Hay un grupo de padres autoconvocados que pidió el estacionamiento del Predio Ferial para instalar los módulos pero los módulos no están y no van a estar. Por lo cual nos dieron esta posibilidad, que nunca se barajó, de tener clases en otro lugar, pero lo ofrecen como lugar seguro, digno para dar clases a los alumnos.
«La realidad docente es que tenemos que ocupar casi todas las horas de los dos turnos para poder completar nuestras necesidades básicas salariales y es la situación de muchos docentes. Primero tenemos que pensar que van a hacer con la escuela, tampoco conocemos la fecha de inicio de obra, parece una escuela abandonada. En función de eso podemos pensar en los tiempos de ejecución, no es lo mismo cambiar el piso a que tenemos que demoler la escuela y hacerla de vuelta, son distintos tiempos».
«Los padres están de acuerdo y otros no, pero tampoco tenemos una solución plena. Los chicos van a seguir con la modalidad híbrida, mitad presencial y mitad virtual. Tenemos diversidad de actividades que no vamos a tener a mano, no sabemos cuando los vamos a tener. Todo es muy confuso» continuó Parra.
«A partir del 20 de marzo tenemos que ir a la escuela N° 652, nos enteramos como toda la comunidad educativa, que ya se había firmado un acta. Los directivos entienden nuestra preocupación nos están acompañando, ellos han manifestado toda la disconformidad en las cuestiones. Somos una comunidad educativa, no hay divisiones y queremos una escuela que funcione como corresponde, queremos que la obra se haga, no frenarla pero nos hubiera gustado más planificación».