Una pelea a los tiros entre dos sujetos pusieron en jaque a la comunidad educativa del jardín 426 y tuvieron que refugiarse en un aula. En 2017 anunciaron la construcción de un edificio nuevo y aún siguen esperando.
El Jardin 426 fue inaugurado en Noviembre de 1994 y con 29 años de vida alberga a 200 alumnos en turno mañana y turno tarde.
La matrícula crece y las instalaciones quedan chicas, es un jardín que queda en el medio de varios barrios aunque este ubicado en el San Martín.
El sueño de instalaciones nuevas se hace eterno, ya que en el 2017 fue anunciada la licitación de la construcción para remodelar la escuela de nivel inicial por etapas, cosa que aún no hay ni siquiera movimiento de suelo en el lugar donde hace algunos días los niños y docentes de salvaron de milagro.
Fabiana Legüe, Directora de la Escuela de Nivel Inicial 426 ubicada sobre la calle Huergo del barrio San Martín explicó lo que sucedió el último viernes sobre la vereda de la institución, donde dos sujetos se atacaron a balazos cuando los niños estaban en clases.
La docente en diálogo con EL CRONISTA CR expresó «estaba el personal docente y auxiliared en el local escolar. Nosotros, los directivos, estábamos en una reunión muy cerquita de acá del jardín. Y bueno, lo que hicieron fue llamar a la policía y resguardar a los niños en una de las salitas, la más segura para nosotros, que es la que tiene material».
El relato de Fabiana continuó «vino la policía y la gente se fue. O sea, los que estaban a los tiros se fueron, se retiraron del lugar y después de eso ya era cerca del horario de salida, así que cuando vinieron las familias se les explicó el procedimiento que se llevó adelante.».

En cuanto a los sujetos ninguno retorno o se los vio en cercanías del jardín y luego de lo sucedido tampoco se vivieron otros hechos similares.
Según los dichos de las maestras, «fue una pelea entre dos personas de dos bandos, son personas ajenas a la institución». Tras la balacera las paredes y un vehículo de una docente sufrieron daños.
Consultada por la reacción de los menores tras lo sucedido Legue expresó «Por suerte, ellos no se dieron cuenta. Un solo niño sí se dio cuenta, pero es como que el resto no lo escuchó, no lo siguió. Así que nunca se enteraron, gracias a Dios no se enteraron».
«Tras el aviso, las familias lo tomaron bien, o sea, escucharon por lo menos lo que había sucedido y se les explicó lo que vimos, cómo habíamos procedido.
La salita amarilla fue el refugio para que los alumnos y docentes se protejan de los tiros y si está situación ocurría a la hora de ingreso o salida estaríamos contando una tragedia en Comodoro.

Para finalizar la directora expresó que hubo comunicación de parte de las supervisoras para saber lo que había ocurrido y como la policía quedaron a disposición, aunque no puede haber guardia policial por el escaso personal en la seccional septima.
Las cámaras que se encontraban en las afueras de la institución no pudieron captar nada de lo sucedido ya que en tiempos de cuarentena, personas desconocidas las dañaron y hasta el momento no hubo reemplazo de las mismas.
