El lote fue entregado en 2017 en Km 5, en un sector muy difícil de habitar y con un cerro de por medio. La familia realizó los trabajos necesarios y hasta lo cerró dos veces, pero les robaron todo. La referente de tierras de la gestión Luque les volvió a entregar la tierra, pero tuvieron que realizar un plan de pago y al otro día había otra familia instalada en el lugar a pesar de que ellos siguen abonando las cuotas
La historia de Gabriel y su familia es la de muchos comodorenses que sueñan con tener un lote para construir su vivienda y disfrutar de algo propio.
Un matrimonio de Comodoro se comunicó con EL CRONISTA CR para contar la estresante situación por la que están pasando hace 7 años pero que se agudizó en mayo de este 2024.
«A nosotros nos dieron un lote en el año 2017, por ser descendientes de primeros pobladores de Km 5 y todo llegó por medio de la sede vecinal. Recibimos el terreno sobre calle Reconquista de espalda a barrio Usina con el mar de frente y la cancha de Ferro cerca», comenzó diciendo.
«Cuando apenas nos entregaron le pregunté a la gente de la municipalidad si ese sector era habitable ya que tenía un pedazo de cerro en el medio y pozos de agua y me respondieron que hicieron la mensura y los estudios indicaron que era habitable pero sin ningún tipo de servicio, dijeron que el gas iba a tardar muchísimo en llegar, el tema de las cloacas tampoco, porque estaba justo hasta la rotonda del camino del alternativo que va para el aeropuerto y manifestaron que la cloaca no llegaría porque estaba colapsada en zona norte».

Gabriel y su esposa Juli son docentes y con el afán de poder tener algo en medio de un contexto difícil donde durante el gobierno de Arcioni cobraban escalonado decidieron avanzar y trabajar para acondicionar el lugar.
«Contratamos máquinas, minipalas para poder bajar un poco el cerro ya que sino lo hacía se me podía caer en la casa y nadie se iba a hacer cargo ya que me dijeron que la municipalidad solo hace muros de contención en casos de catástrofes, o sea, tenía que esperar que se nos venga todo encima y mate q toda a mi familia, es una cosa de locos», señalaron indignados por la respuesta desde lo fue el sector de tierras municipal y resaltando también que sobre la zona pasa un caño perteneciente al oleoducto.
En el año 2019/20 deciden cercar el lote para comenzar los trabajos de compactación y el paso a paso de la construcción de la vivienda donde tenían planeado disfrutar el matrimonio y sus dos hijas.

«Empezamos a cerrar nosotros el terreno con caños y alambres, porque ya estábamos al tanto de que se estaban usurpando terrenos. Entonces cerramos el terreno, pasó un tiempo, nos robaron los caños, nos robaron el alambre, nos robaron todo, hasta el cartel, volvimos a comprar las cosas y volvimos a cerrar pero nos volvieron a robar todo», recordaron.
Un día los notificaron de que les quitarían el lote ya que no habían cercado el mismo y tampoco habían construido, fue en ese momento que Gabriel se dirigió a las oficinas de tierras en Km 4 y explicó la situación de lo que habían atravesado hasta que logró llegar a un acuerdo
«En ese momento estaba una señora que se llama Susana Basterrechea y le dije ustedes me entregaron un pedazo de cerro, y yo no es que no hice nada, porque yo no voy a construir una casa en el medio del cerro, quiero hacer las cosas bien, ustedes me entregaron un pedazo de cerro, yo tengo que sacar todo ese cerro. Me entregaron una laguna, una pileta, la cantidad de pozos de agua que tenía y todo es plata, y yo le expliqué mi situación, incluso le presenté una nota de la situación económica que estaba viviendo en ese momento», agregando que le había. hecho un comentario de quitarle el terreno para entregarlo a un contacto político.

Basterrechea rápidamente tomó el reclamo pero le indicaron a los días que había salido la preadjudicación del lote por un plan de pago de 60 cuotas, la primera de 10.000 pesos y las 59 restantes de 14.900 pesos, cuotas que hasta el día de hoy siguen pagando.
Pero todo no terminaría allí lo peor se acercaba y sumado a la quita de cargos docentes y el salario escalonado se sumaba que de la noche a la mañana un día Gabriel evitó que le usurpen el lote y sacó del lugar a los ocupas.
El 8 de febrero del 2024 regresaban de Km 8 y al pasar por el terreno se encontraron con la noticia menos esperada
«Pasamos el jueves a la tarde y había una casa de madera instalada, en el terreno, subo la camioneta al terreno, me meto y sale una señora. Yo le digo disculpame, ¿qué estás haciendo?».
«La casa la habían instalado al mediodía, sin piso, sin nada, el piso de tierra, instalaron la casa de madera arriba y ahí quedó. De la vivienda salió una señora embarazada con una nena chiquita y otra señora que era la la suegra de ella.
Tras dialogar con la mujer ocupa recibió como respuesta que el 12 de enero del 2024 había comprado el terreno a un hombre de origen boliviano del barrio Las Américas y el cual se había identificado de apellido Iglesias.
«Le dije a la mujer este terreno es mío, yo tengo los papeles, a mí me lo dio la municipalidad, y me dice me lo vendieron a 800 mil pesos, en enero lo compramos nosotros, recién pudimos pagar la casa y ahora nos venimos para acá, le digo disculpame, vas a tener que sacar la casa y me me mostró que tenía ese boleto compra-venta, que se lo había firmado supuestamente esta persona, porque sale con nombre y apellido», agregando también que el supuesto vendedor argumentó que se lo había entregado la municipalidad de Comodoro en la Gestión de Juan Pablo Luque.
La historia siguió con Gabriel radicando la denuncia en la comisaría de General Mosconi, pero hasta el momento nadie le da una respuesta de la recuperación de su lote, aunque deberá insistir con el nuevo Secretario de Ordenamiento Territorial, Carlos Jurich para lograr que lo reconozcan como legítimos dueños y que encuentren la documentación que hasta el momento en las oficinas de Km 4 nadie tiene.
En el medio queda la incertidumbre de lo que pasará, el dinero invertido, los momentos difíciles por los estados de salud de sus hijas en medio de este conflicto y el sueño latente de tener su vivienda propia y disfrutar juntos el resto de la vida.