El santafesino derrotó al colombiano Rodrigo Valdez en decisión unánime en Montecarlo y le puso punto final a una carrera deportiva repleta de éxitos.
Carlos Monzón, uno de los mejores boxeadores de peso mediano de la historia, fue campeón mundial durante siete años. Ganó la corona por primera vez el 11 de julio de 1970, tras vencer al italiano Nino Benvenuti, y desde entonces realizó 14 defensas exitosas. La última de ellas fue hace 45 años, el 30 de julio de 1977, cuando se impuso ante el colombiano Rodrigo Valdez por decisión unánime y cerró así una carrera repleta de éxitos.
A diferencia de su faceta deportiva, su vida personal estuvo repleta de escándalos, en especial en el plano sentimental. Tras un romance mediático y conflictivo con Susana Giménez, que terminó en 1978, el santafesino se puso en pareja con Alicia Muñiz, a quien asesinó siete años más tarde, el 14 de febrero de 1988, al arrojarla desde el balcón de una casa en Mar del Plata.
Fue condenado a 11 años de prisión por homicidio simple. En el tramo final de su condena, empezó a gozar de salidas transitorias. En una de ellas, aceptó la invitación a un asado. Cuando regresaba al penal, ese fatídico 8 de enero de 1995, sufrió un accidente mortal en la ruta y perdió la vida de manera instantánea.
La primera pelea entre Carlos Monzón y Rodrigo Valdez
Luego de vencer a José “Mantequilla” Napoles el 2 de septiembre de 1974 en París, Carlos Monzón retuvo el título mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en peso mediano.
Sin embargo, la CMB desconoció su corona. ¿El motivo? El conflicto comenzó luego de que el argentino se fuera del estadio sin someterse al control antidoping. Desde su equipo explicaron que se debía a una cuestión de comodidad y dijeron que esperarían a los profesionales en el hotel para someterse a los estudios. Cuando las autoridades llegaron, Monzón se había ido a cenar al cabaret Lido. En medio de la madrugada, regresó a su habitación y dejó un vaso de orina, que no fue aceptado. En principio, eso le valió una multa de 10.000 dólares.
Esa discusión hizo que la CMB endureciera su postura y, dos meses más tarde, le exigiera defender el título ante Rodrigo Valdez en un plazo de 15 días, bajo la advertencia de que le retirarían el título si se negaba, situación que se concretó el 20 de abril.
Poco menos de dos años más tarde, el 26 de junio de 1976, el santafesino recuperó el cinturón de la CMB y retuvo el de la AMB tras vencer en el Stade Louis II de Montecarlo a Rodrigo Valdez, que había llegado muy ajustado con el peso y que cinco días antes había sufrido la muerte de no de sus hermanos.
La paridad en la pelea se mantuvo hasta el round 14, cuando el colombiano recibió un derechazo de Monzón que lo hizo apoyar los guantes y las rodillas en el suelo. Aunque se levantó durante la cuenta del árbitro Raymond Baldeyrou, el final ya estaba definido: el argentino se impuso por puntos con decisión unánime y se llevó 250.000 dólares.
La última pelea de Carlos Monzón: la revancha con Rodrigo Valdez
Otra vez en el Stade Louis II de Montecarlo, Carlos Monzón se subió al ring el 30 de julio de 1977 para medirse ante Rodrigo Valdez y afrontar su 14° defensa de la corona.
El contexto en el que llegó el argentino no era el mejor: estaba a una semana de cumplir 35 años, llevaba más de un año sin pelear (la última vez había sido justamente ante Valdez), había hecho una escasa preparación de tres meses, seguía fumando dos atados de cigarrillos por día, lejos estaba de abandonar el alcohol durante las comidas y, como si fuera poco, su romance con Susana Giménez estaba en su peor momento.
El comienzo de la pelea no hizo más que potenciar ese presente adverso. Es que en el segundo round, el argentino recibió una derecha en la mandíbula, sus piernas cedieron y fue a la lona por primera vez en su carrera en combates con un título mundial en juego.
El árbitro inglés Roland Dakin comenzó la cuenta y Monzón le sacó provecho a cada uno de los ocho segundos para reponerse. Desde entonces, intensificó sus ataques y empezó a mostrar señales de recuperación, como si esa trompada hubiera golpeado lo más profundo de su orgullo.
En el noveno round, su superioridad ya era evidente y comenzó a inclinar la balanza. Antes de los 30 segundos del 10° asalto, lanzó un potente derechazo que le abrió la ceja a Valdéz. Tras el final, la decisión fue unánime: el británico Roland Dakin (144-141), el alemán Kurt Halbach (147-144) y el italiano Mario Poletti (145-143) lo vieron ganador.
“Esta fue mi última pelea. Se lo prometí a mis hijos, a Susana (Giménez) y también a Amilcar Brusa (su entrenador). Me voy con toda la gloria, ya no me queda nada por conseguir”, declaró antes de bajar del ring.
Además de Valdez, sus 14 defensas incluyeron a Benvenuti, a los estadounidenses Emile Griffith (en dos oportunidades), Denny Moyer, Benny Briscoe y Tony Licata, al dinamarqués Tom Boggs, a los franceses Jean Claude Bouttier (por duplicado) y Gratien Tonna, al australiano Tony Mundine y al cubano-mexicano José “Mantequilla” Nápoles.
Esa marca fue un récord que se mantuvo durante 25 años: recién el 2 de febrero de 2002 quebró el estadounidense Bernard Hopkins, quien esa noche derrotó a Carl Daniels para alcanzar la decimoquinta defensa en la categoría mediano.