A un año del grave error por parte de la policía, la Justicia no le brinda datos a la familia sobre la persona que realizó la denuncia.
Ian Muñoz falleció el 11 de marzo de 2021 tras cuatro años de sufrir una enfermedad. En medio de dolor, sus padres recibieron una notificación que los dejó impactados: Ian había sido acusado de participar de una fiesta clandestina realizada unos días antes. A un año de este grave error, la familia del joven pide saber quien efectuó la denuncia, pero la Justicia no le da respuesta.
Cerca del mediodía, en plena pandemia por el Covid-19, un móvil de la Unidad 14 llegó a la casa de la familia Muñoz-Barreto en la ciudad de Jacobacci, Río Negro.
Con la notificación en la mano, los efectivos les manifestaron a Verónica Barreto y a Juan Muñoz que, mediante un llamado telefónico anónimo, fueron informados su hijo Ian había participado de una fiesta clandestina el día 27 de junio de 2021, a las 4:25 y por tal motivo se le habían iniciado actuaciones judiciales por el delito de Infracción al Artículo 205 del Código Penal.
Además, le aclararon que “varios testigos” afirmaron haber visto al menor en la reunión realizada en el domicilio de una familia de apellido Gómez.
El móvil policial era conducido por un hermano de Verónica y la notificación se la entregaron al padre. “Cuando la leo y veo el nombre de mi hijo, digo son unos hijos de p…. Están denunciando a Ian”, detalló Juan en diálogo con el diario Río Negro.
Rápidamente se dirigieron a la seccional, pero nadie los recibió. Recién a los dos días fueron atendidos por el comisario Abelardo Raiman, a quien le presentaron un escrito pidiendo explicaciones sobre la denuncia.
El jefe policial intentó dar una disculpa que no conformó a la familia. Las irregularidades cometidas en el procedimiento causaron un gran dolor a los padres del menor fallecido. “La única respuesta que nos dieron fue que esa noche había muchos vehículos lo cual es normal porque ahí funciona un taller mecánico”, aclaró.
Luego de la denuncia, la familia continúa en la búsqueda de Justicia tras el grave error. “Hasta ahora solo recibimos un llamado telefónico en el que nos comunicaron que la denuncia no tendría curso y el procedimiento sería anulado. Pero fue una acusación muy grave. Nuestro hijo se nos murió en los brazos y no es divertido ir a defender a una persona que no está con un certificado de defunción. El dolor que nos provocó a la familia fue muy grande”, expresó Juan al mencionado diario.
“Necesitamos limpiar el buen nombre y honor de nuestro hijo”, manifestó Verónica. A un año de la grave acusación, la familia Muñoz-Barreto pide saber quien realizó el llamado para denunciar, de que teléfono se realizó, quien lo recepcionó y quien constató la presencia del joven en la reunión mencionada.
“Así como actuaron con tanta rapidez para denunciar a nuestro hijo fallecido. Queremos que la Justicia, con la misma celeridad, nos diga que nuestro hijo no estaba en esa fiesta. Nos causaron muchísimo dolor a la familia. No hay argumentos. Nuestro hijo se fue de esta vida sin conocer un boliche bailable, una fiesta. Necesitamos respuestas”, sentenciaron los padres.