En la mañana del lunes el personal de la institución se encontró con la desagradable noticia. Roturas de vidrios, cámara de seguridad y sangre en el edificio educativo. Ya estaría identificado.
Durante la apertura de la escuela N° 133, ubicada en las calles Dorrego y Alem, el personal se encontró con una escena de destrozos significativos. María Lorenza, directora de la institución, relató que la situación fue evidente desde las primeras horas de la mañana. «Nos encontramos con un polvo blanco cubriendo el ingreso y múltiples daños materiales dentro de la escuela», comentó.
Tras un recorrido por las aulas, el personal constató la magnitud de los destrozos: vidrios rotos, picaportes dañados, cámaras de seguridad inutilizadas, ventanas forzadas y escombros esparcidos por el patio. Ante el escenario, la directora suspendió las clases y dio aviso a la policía, que rápidamente se presentó para evaluar el incidente.
La policía confirmó que los daños fueron ocasionados por una sola persona, quien aparentemente ya había sido detenida por otro incidente similar ocurrido el día anterior. Aunque el objetivo del intruso parecía ser el robo, hasta el momento no se ha reportado el faltante de ningún objeto. «Solo hubo destrozos, ya que en las escuelas no hay elementos de valor fácil de llevar», aseguró Lorenza.
Lorenza expresó su preocupación e indignación: «Es un atentado contra la comunidad. La escuela es un espacio para los niños, y ver estos destrozos es muy doloroso para todos», declaró, visiblemente afectada por lo sucedido. Ante la situación, la directora informó que será necesario implementar medidas de seguridad adicionales, como la colocación de rejas en las ventanas.
Finalmente, señaló que el sistema de alarma de la escuela sí se activó y que las autoridades respondieron rápidamente. Sin embargo, el intruso logró encontrar un punto de ingreso estratégico, burlando las medidas de seguridad externas.
