Hoy, 19 de noviembre, se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual de Niños/as y Adolescentes, con el objetivo de visibilizar la problemática y fortalecer el compromiso de los gobiernos.
El Día Mundial de la Prevención del Abuso Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes fue instituido en el año 2000 por la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer, con estatus consultivo de las Naciones Unidas para promover la lucha contra la pedofilia y la explotación de niñas, niños y adolescentes, ayudando a generar protección efectiva mediante la difusión y la adopción de acciones concretas y sistemáticas.
La violencia sexual contra los menores de edad no sólo viola sus derechos humanos fundamentales, sino que también impacta en su salud física, mental y en su bienestar. En ocasiones conlleva consecuencias que puede perdurar a lo largo de toda la vida.
Abusos en Argentina
En Argentina, según los datos obtenidos del Progama Nacional Las Víctimas contra las Violencias, durante el período 2020 hasta 2021, del total de víctimas registradas por violencia sexual (5.566), un 58% fueron niños, niñas y adolescentes (3.219). Se advirtió asimismo una concentración de las consultas en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires del 63%.
Una de las claves para combatir la violencia sexual es creer y apoyar a las personas en situación de violencia. Muchas veces, los menores encuentran barreras para ser escuchados y creídos. La vergüenza, el miedo, la culpa y el estigma pueden silenciar sus voces. En esta jornada, es crucial recordar que escuchar y validar sus relatos es el primer paso hacia la reparación y la justicia.
La prevención y el apoyo temprano son esenciales para evitar la perpetuación de la violencia y también para garantizar la posibilidad de reparar el daño. La prevención de la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes es una responsabilidad colectiva que involucra a gobiernos, comunidades, educadores, familias y ciudadanos.
La educación y la concientización son herramientas poderosas en esta lucha para fomentar un entorno en el que los jóvenes se sientan seguros para hablar sobre sus experiencias y preocupaciones.
Cómo contribuir
- Educación y concientización: promover programas educativos que enseñen a los NNyA sobre el cuidado y el respeto a su cuerpo y el reconocimiento de comportamientos inapropiados. En esto la ESI juega un rol fundamental y suele ser el espacio en el cual chicos y chicas manifiestan las vulneraciones que padecen. Las campañas de sensibilización pueden arrojar luz sobre los signos de violencia y fomentar la participación activa de la sociedad en la protección de NNyA.
- Apoyo: brindar apoyo y fomentar un ambiente donde se sientan respaldadas para denunciar la violencia.
- Desnaturalización del silencio: romper el silencio que rodea el abuso sexual y desnaturalizar la idea de que ciertos temas son tabú.
- Denuncia y justicia: fortalecer los mecanismos tendientes a la protección de NNyA y la detección, denuncia y condena de los/as perpetradores.
Aspectos a considerar para reconocer un abuso
Ante una sospecha de abuso, es fundamental realizar la consulta y la denuncia correspondiente a los organismos especializados. Por lo general los abusos ocurren en el ámbito privado y familiar, por parte de los vínculos más cercanos y de confianza. Esto hace más difícil su develamiento. Su detección precoz es un desafío para el Estado.
Un abuso puede darse en un contexto extrafamiliar, en situaciones de explotación sexual, vinculadas a la pornografía infantil o al grooming o cyberacoso, una acción en la que una persona contacta por medio de redes sociales, juegos online o comunicaciones electrónicas a un menor de edad con el propósito de atentar contra su integridad.
En la Argentina constituye un delito de acción pública, lo que permite que cualquier persona que sospeche que un/a NNyA atraviesa una situación de estas características pueda radicar la denuncia ante la Justicia.Es importante no desestimar sus manifestaciones. A veces hay pedidos explícitos de ayuda pero otras aparecen implícitos en las conductas y síntomas que presentan quienes atraviesan este tipo de violencia.
La Ley Lucio, de reciente aprobación, busca que todas aquellas personas que se desempeñan en áreas vinculadas a las infancias reciban una capacitación de calidad para poder identificar las señales de alarma respecto a situaciones de vulneración de derechos que puedan estar atravesando NNyA.
Entre 2017 y 2023, se registraron 15.980 casos de niñas, niños y adolescentes en situación de violencia sexual, según datos de la Línea 137 del programa Las víctimas contra las violencias, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Fuente: Canal12