Cada 10 de julio se conmemora en Argentina el Día del Comerciante, una fecha que rinde homenaje a quienes impulsan el intercambio de bienes y servicios en todo el país.
Esta fecha remite a un hecho histórico clave: la creación de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires el 10 de julio de 1854, por un grupo de ganaderos y comerciantes que buscaban organizar el mercado local.
La fundación de la Bolsa no solo marcó un hito institucional, sino que también simbolizó el desarrollo del comercio nacional. En ella se consolidó un espacio estratégico para transacciones financieras, el comercio de acciones, bonos y divisas, y la estructuración de la actividad económica.
Es importante diferenciar esta celebración del Día del Empleado de Comercio, que se celebra el 26 de septiembre y está orientado a los trabajadores del sector (vendedores, cajeros, etc.), en conmemoración de la Ley 11.729 sobre relaciones laborales.
El comercio ha sido considerado históricamente como motor de progreso y civilización. Desde la organización colonial hasta la creación de instituciones clave como el Consulado y la Bolsa Mercantil, el intercambio comercial siempre ha sido un pilar del crecimiento económico y del bienestar colectivo