Esta fecha rinde homenaje al roedor semiacuático más grande del mundo, Hydrochoerus hydrochaeris, conocido por su temperamento apacible y su sociabilidad.
La jornada surgió de iniciativas de aficionados, centros educativos y conservacionistas para visibilizar al carpincho, su ecología y su papel en el ambiente.
Aunque no está respaldada oficialmente, ha cobrado fuerza en redes sociales, zoológicos y comunidades rurales donde se organizan charlas, actividades y campañas de concientización.
El carpincho, también conocido como capibara, es el roedor más grande del mundo. Vive en Sudamérica, cerca de ríos, lagunas y pantanos. Es un excelente nadador y puede estar varios minutos bajo el agua.
Tiene un cuerpo robusto, sin cola, patas cortas y pelaje marrón claro. Es un animal tranquilo, muy sociable, y suele vivir en grupos. Se alimenta de pasto y plantas acuáticas, y ayuda a mantener el equilibrio de los ecosistemas ribereños.
Por su carácter pacífico, se lleva bien con muchas otras especies.
¿Por qué no se debe tener un carpincho como mascota?
Su apariencia amigable y su comportamiento tranquilo han generado simpatía en redes sociales, donde a veces se lo muestra como una posible mascota exótica. Sin embargo, especialistas en fauna silvestre y conservación advierten que el carpincho no debe ser domesticado ni mantenido en hogares como mascota.
Los carpinchos son animales semiacuáticos que necesitan espacios amplios con acceso constante a cuerpos de agua, como ríos o lagunas, donde puedan nadar y regular su temperatura corporal. Además, son animales sociales, que viven en grupos organizados de hasta 30 individuos. La vida en soledad o en cautiverio puede generarles estrés crónico, afectando su salud y comportamiento.
En varias provincias de Argentina, la captura o tenencia de animales silvestres está regulada o directamente prohibida por leyes de conservación. Sacar a un carpincho de su hábitat impacta negativamente en el ecosistema, ya que estos animales cumplen funciones importantes como dispersores de semillas y reguladores de la vegetación ribereña.
Si bien es común ver carpinchos en zonas urbanizadas cercanas a humedales —como ocurrió en barrios del norte del Gran Buenos Aires—, esto no significa que puedan o deban ser domesticados. En cambio, es fundamental fomentar políticas de coexistencia respetuosa y protección de su entorno natural.



